martes, 9 de diciembre de 2008

¡Barato, barato...amigo...barato!


Mi ignorancia en todos los temas relativos a Internet llega a ser infinita. No sé hasta que punto podría resultarnos gratis el consumo de toda aquella información que encontramos colgada en la red de redes.

Si no contratamos una línea adsl, o un modem móvil, o…vamos que creo que nadie de un duro a cuatro pesetas, como decía mi abuelo. Es cierto que podemos encontrar cantidad de información, la cual valdría su peso en oro si se vendiese en el mercado real. Internet no deja de ser un mercado negro, podemos comprar de todo, incluyendo la propia información. Aunque no demos nuestro número de tarjeta, no nos olvidemos que todos los meses, o cada dos meses, habrá una compañía que nos meta mano en nuestra cuenta corriente. Así que esa gratuidad informativa es bastante relativa.

Internet ha cambiado por completo nuestros hábitos de consumo. Las Nuevas Tecnologías, la globalización, etc., han traído como consecuencia una vida totalmente más cómoda. Ya no hace falta que vaya al supermercado a comprar, lo puedo hacer desde casa. Puedo leer la prensa con actualizaciones cada X minutos.

El cine nos puede adelantar lo que será el futuro de la información. Ya en todas las películas, da igual del género que hablemos, encontramos un ordenador, encontramos el nombre del mayor buscador (por ejemplo en películas como Crepúsculo o Rompiendo las reglas, ambas estrenadas en 2008)...pero si hablamos de ciencia ficción los avances a nivel informativo que encontramos en estas películas son abismales. En la película protagonizada por Vin Diesel, Babylon, ya se nos muestra como un simple papel es totalmente interactivo, podemos pinchar, agrandar. Adiós a la tradicional Guía Campsa.

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